El gaucho es un hombre-jinete de la
pradera, no responde a un tipo étnico único, fruto del mestizaje de la región
rioplatense, su origen está vinculado a las singulares condiciones políticas,
históricas y económicas de su medio. Pertenece por igual a las zonas ganaderas
de la Argentina , sur del Brasil y Uruguay, el área geográfica del gaucho
coincide con una región natural. Puede afirmarse con seguridad que su tipo
primigenio nació en la Banda Oriental a lo largo del siglo XVIII.
El vocablo gaucho proviene de la expresión quechua "huachu", que
quiere decir huérfano o vagabundo. Los colonizadores españoles transformaron
el término, a los huérfanos pasaron a llamarlos "guachos" a los vagabundos
"gauchos". En el sur del Brasil suele llamársele "gauderio" o
"gaúcho".
La plaza de Montevideo es
una fundación exclusivamente militar, destinada a guardar la hacienda contra
los avances de los portugueses instalados en el puerto de la Colonia. Encerrada
entre muros y fosos, a la sombra de los fuertes artillados, un régimen de
cuartel rige la vida de los escasos pobladores traídos por la autoridad. La
primera medida del gobierno de Buenos Aires es prohibir en absoluto todo
comercio. Esto conviene a sus intereses. de este modo, la nueva plaza está
condenada a una vida de guarnición, y Buenos Aires sigue usufructuando la
riqueza pecuaria del país.
El Cabildo de Montevideo, desde el primer momento en pugna con la
prepotencia de la autoridad militar, en carta dirigida al Rey, pinta en dos
frases el estado social y económico de la plaza: "en medio de que no tenemos
comercio alguno, ni donde vender nuestros frutos, gozamos de la tranquilidad y
del corto interés que la guarnición de este presidio nos deja por ellos en el
bizcocho que se destina para su manutención, el que se fabrica entre los
vecinos".
Entre tanto el contrabando cunde por todo el país. Las partidas de
portugueses e indígenas, en consorcio, recorren libremente el país desierto,
arreando ganado, faenando cueros y vendiéndolos en la Colonia, en las costas o
en las fronteras.
Algunos españoles y criollos descendientes, se han aventurado en el
interior implantando estancias, pero sin alejarse mucho de Montevideo. El
contrabando es la vida normal de la campaña, la forma de comercio a que la
prohibición española le obliga, para contenerlo y punirlo la autoridad de
Montevideo incursiona en el interior o establece puntos de guarnición militar.
Muchos milicianos españoles desertan para unirse a las partidas de
contrabandistas. Así se van mezclando españoles, portugueses e indígenas. En
estas condiciones se empieza a formar la población rural del Uruguay. La
riqueza ganadera pone al país en condiciones tales que la naturaleza ofrece
por sí misma el producto en abundancia; basta extender la mano y cogerlo. El
trabajo es inútil y el hombre vive ocioso y libre, como el rico de la vida
civilizada.
"Descanso" óleo de Juan Manuel Blanes
La abundancia de ganado y la ausencia de
toda propiedad permiten al habitante del Uruguay, en el siglo XVIII, vivir sin
trabajar. El caballo le da rápida movilidad, el cuero le proporciona recado,
botas, riendas, sombreros, petaca, cama y habitación. Se bolea o enlaza,
voltea o carnea una res, se le saca el mejor trozo que se cuece en el asador y
el resto se deja abandonado en el campo...
Esta abundancia hace al estanciero hospitalario; en la cocina de la
estancia hay siempre una res colgada para que coma quienquiera.
La campaña es para el colono la libertad, la abundancia, y la aventura
mientras la ciudad es la monotonía, la sujeción y la necesidad. Así es grande
el número de españoles que desertan y se entregan a esa vida libre.
Pero a diferencia de la ociosidad tropical...la abundancia y la libertad de
esta comarca engendra hábitos viriles, rudos y sobrios. Hay que domar caballos
cerriles, hay que perseguir y voltear la res a bola o a lazo, hay que
adiestrarse en el manejo del cuchillo, hay que aguzar los sentidos y hacerse
baqueano, hay que burlar y pelear a la policía. La ganadería hace al habitante
de campo, nativo o colono, fuerte, osado, ágil y púgil.
La expulsión de los jesuítas de las Misiones orientales,
produce a mediados del siglo XVIII, el éxodo de gran masa de indios hacia el
sur del país. Se esparce esta nueva población por los campos y pronto cambia
su modo de ser: de mansos agricultores bajo la tutela jesuítica, se tornan
bravos y ecuestres mezclándose con los españoles y portugueses y tapes...
De esta mezcla de indígenas, españoles y portugueses, en la existencia
libre y bravía del territorio, surge el tipo nacional del gaucho.
Características
Tiene el gaucho oriental los caracteres físicos y psíquicos de los
progenitores, en consorcio con el medio en que nace y se forma. Es, por lo
general flaco, cetrino,y barbudo pero los hay lampiños y de pelo lacio; y los
hay rubios y de ojos zarcos, abarcando toda la escala de la mestización que va
del indio crudo al conquistador íbero-germano.
La vida ecuestre, la alimentación carnívora, la ruda intemperie, los
vientos tónicos del Océano y de la Pampa, le crían magro, duro, ágil, y de
contextura biliosa. Unos sujetan las crines recias con la vincha del indio,
otros ponen sobre su suelta melena el sombrero panzurro; algunos llevan el
broncíneo torso desnudo, otros se cubren con camisas o ponchos; todos usan la
bota de potro y el chiripá.
El desierto y la soledad le hacen taciturno y silencioso.
La libertad y la abundancia le hacen altivo, hospitalario y leal. La
hostilidad permanente con la policía española, y la lucha con las bestias
bravías, le dan coraje, audacia, desprecio por la vida propia y ajena... Se
acostumbra a morir sin pena y matar sin asco.
Del conquistador recibe el caballo y la guitarra; del indio, el poncho, la
vincha, el
mate y
las boleadoras.
Su lengua es la mezcla del castellano arcaico del siglo XVI, con elementos
indígenas, a los que se le agregan más tarde voces portuguesas y africanas;
los giros del lenguaje son propios y se expresa generalmente por imágenes. El
refrán es su
forma típica de respuesta.
Su género de vida requiere una cualidad primordial : el coraje. El valor se
hace así su culto supremo, y la mayor ignominia que concibe es ser maula. Como
no hay en su existencia ni ley ni jueces, la justicia se hace por su propia
mano...
"Baile en la Estancia" óleo de Pedro Figari
En la campaña oriental el gaucho es
habitualmente reservado y respetuoso; sólo cuando ha tomado algunas copas
busca pendencia. Pero el juego y las mujeres suscitan a menudo disputas y
rivalidades y éstos son los motivos más frecuentes del duelo...
Otra cualidad que el gaucho admira en grado sumo y da prestigio en los
campos es la poesía. Todo gaucho toca la guitarra y sabe cantar una copla;
pero el payador, el cantor ingenioso o inspirado, el que anda de pago en pago,
con su guitarra y su aventura a la espalda, haciendo reir y llorar a las almas
rudas, el que se pasa las horas enteras improvisando coplas al son del
bordoneo en medio de un atento círculo de auditores, ese es la flor del
gauchaje, un aristócrata, agasajado por los hombres, requerido por las
mujeres, para quien son los mejores puestos y los mejores bocados. Tal es el
gaucho cuando aparece en escena...
Museo del Gaucho : Montevideo, Uruguay